poeta urbano

El Master es un tipo inquieto con pinta de jipe y tres carreras universitarias. Aunque es un poco desastre en las actividades domésticas y ordenando sus pajas mentales, es un tipo increíble para organizar eventos y pasárselo en grande. Nos conocimos haciendo teatro y delante de cientos de cañas hemos forjado una amistad que nos ha regalado muchas risas, amor sincero y un gran crecimiento personal.

El Master fue el primer improvisador del equipo Lila. Él empezó a jugar con otros colores pero cuando se hundió el barco de mesemese y la liga de improvisación granadina vivía tiempos revueltos nos cogió por banda y montó el equipo. A parte de los cinco mesemeros también estaban allí Laura (que cedimos al equipo Naranja por un módico precio) y las rastas de Nurieta y Jordi (que también voló, éste a Salamanca). Luego vinieron los fichajes de los geniales Arcadio y Jorge... El resto de la historia ya la sabeis.

El nombre le viene porque siempre estaba organizando eventos y actividades para trabajar la parte creativa de la peña. Así que le decíamos "eres un auténtico Master of Ceremony". En su casa del alto Albaicín, más conocida como el Cortijo, nos juntábamos todos los fines de semana para entrenar y de paso hacer talleres de dibujo, literatura... Además de organizar varias fiestas memorables y comilonas pantagruélicas (por eso mi hermano ahora es conocido como Mantequilla y él como Muncheta). El Master siempre estaba animándonos y era una alegría tenerlo cerca para pasarlo bien. Con su impulso y ganas de actuar consiguió que no dejáramos el teatro, que formáramos un equipo, fue nuestro maestro enseñándonos a jugar al match, nos organizaba los entrenamientos y nos daba una fuerza improvisadora que ahora echamos mucho de menos.

Los bares de Granada también conocen de su capacidad narrativa y creadora. Si le venía la inspiración rimadora, generalmente provocada por alguna presencia femenina cercana, se ponía a componer poemas en las servilletas que luego regalaba a las susodichas. Sólo su risa ya servía para alegrarte el día. Se ponía a contarte algo y como le entrara la risa ya no entendías nada pero te partías el culo.

¿Pero dónde está el Master? Barcelona es bona si la bolsa sona. Efectivamente, se ha ido a currar a la Ciudad Condal. Lleva casi un año allí y nosotros andamos un poco huérfanos sin su presencia. Aunque él también está perdido porque no ha encontrado una actividad teatral en la que volcar todo su azogue creativo. Con la fuga de cerebros a Barcelona que está sucediendo entre los improvisadores granadinos casi se puede montar un equipo o al menos un grupo con el que improvisar de higos a brevas. Anímense señores y llamen al Master que sacará lo mejor de ustedes.