martes, 10 de abril de 2007

de puertas y horquillas

A mi lo que más me gusta es tener unas vacaciones perfectas y después meter la pata hasta el fondo para enviar el reposo y la tranquilidad a tomar viento fresco. Sí, es lo que más me gusta.

Anoche llegue a eso de las 12 a casita, cansada después de un fin de semana genial... con un equilibrio espiritual y una desintoxicación de ciudad importantes. Pero nada más llegar decidí liarla un poco (por qué no?) , así que me dejé la llave de casa dentro. Quiero que os hagais una composición de lugar, a cámara lenta, eso sí: esa puerta que se cierra, y yo que feliz confío en la providencia celestial, pero esta vez falla, no siempre me va a sonreir la suerte, y justo en el momento en el que se escucha el 'click' fatal, yo caigo en la cuenta: 'la llave que llevo encima es la del curroooooo, noooooo!' pero ya es tarde, y estoy en el rellano: sin casa, sin teléfono, sin un duro y sin nada (menos mal que estaba vestida). Son las 24,00 h. nadie en la escalera, pero aún hay espeeranza, en el bolsillo brilla una esperanza: mi única arma, la llave de la vecina. Así que me instalé en su casa, sin que ella lo supiese y alli he pasado la noche. Después la majetona de ella me ha provisto de abrigo, desayuno y dinero para pasar el día... qué bien viene una vecina, una buena vecina...

Y bien, de esta bonita parábola que he aprendido:

Que en las películas no hacen más que mentir: las puertas no se abren con horquillas... hombre ya!

6 comentarios:

elena dijo...

según parece las puertas se abren con una radiografía, pero ¿quién va por ahí con una radiografía por si te dejas las llaves de casa dentro?

Anónimo dijo...

Bueno, siempre está bien terminar las vacaciones de esa guisa. Ahora, que yo creo que no era con radiografías sino con la tarjeta de crédito...
Por lo menos no montaste el escándalo que se montó cuando nosotros nos dejamos las llaves por dentro de la puerta, hasta los bomberos¡¡ que vergüenza dios¡¡

susana dijo...

Todo es mentira, os lo juro, no es la primera vez que me ocurre, y ni radiografías, ni tarjetas de crédito, ni el carnet de la biblioteca (yo confiaba en él y la puerta se lo tragó, snif snif)... nada, si te has dejado las llaves dentro... no hay solución: eres un pringao'.

Sólo me alegro de que no me pillase en pijama...

Unknown dijo...

A mi me pasó algo así.

Vino un cerrajero que me preguntó por el tipo de cerradura. Después, mientras intentaba abrirla con la radiografía en cuestión, pasó un niño-vecino de unos 10 años que le gritó algo así como que "una cerradura GIS no se abre con radiografía!". Solución, con una maza, cepillarse la cerradura.

Anónimo dijo...

yo conseguí abrir una puerta con una horquilla, algo es algo,no?. Aunque he de reconocer que fue la del cuarto de baño de mi anterior casa :)

Anónimo dijo...

Pobrecita mi niña!!!, pero quién esté libre de culpa que tire la primera piedra.Además, para quien no lo sepa, el baño de susana está fuera de su estudio, y cada vez que quieres mear tienes que coger las llaves, menudo coñazo. Es una lástima que Muncheta no estuviera por allí, te habría abierto la puerta con la fuerza de un sonoro pedaco, de esos que ahora se tira gracias al tratamiento de su médico, don Nick Riviera, de la Universidad de Juarez, México.