domingo, 4 de mayo de 2008

España entera, como Marinaleda.


Tal vez ustedes conozcan la historia, casi leyenda urbana, de un pueblo comunista en medio de Andalucía, en la que las casas valen 15 lerus al mes y el alcalde es una especie de Fidel, con su propia televisión y todo. Ese pueblo existe y se llama Marinaleda. 

Marinaleda y el sr. Gordillo tienen una historia muy interesante detrás, y recomiendo la visita a su página web www.marinaleda.com para conocerla. También he encontrado otro artículo muy interesante en este enlace: http://www.elpais.com/articulo/espana/imbatible/alcalde/Marinaleda/elpepuesp/20070517elpepinac_9/Tes

Por supuesto, yo había oido lo mismo que mucha otra gente, hasta que conocí el pueblo a través de la loca de la casita, cuya familia proviene de esa comarca. No puedo decir que la primera visita allí me decepcionara, en absoluto, pero ante los precedentes que se puede crear en la cabeza alguien que oye los rumores que menciono arriba (sobre todo los típicos costras o jipis en general con medio dedo de frente) la realidad es muy distinta. Marinaleda es simplemente un pueblo plagado de calorros en moto, pero en el que el alcalde ha empleado el dinero público en la gente, en infraestructuras, en calzadas, en casas, en un polideportivo y en una piscina municipal practicamente gratuita. Y en crear empleos aprovechando los recursos del entorno, y cuyas ganancias repercuten cooperativamente en los trabajadores. Que esto se haga desde una idea comunista clásica y no desde el sentido común da igual. Se hace, hay un sitio en el que se hace.

No soy comunista, y el trabajo me parece una condena. Pero desde luego si hay que trabajar, la mejor manera es que sea para uno mismo, que tu trabajo te dignifique realmente y te permita vivir, no agonizar. Nunca me cansaré de repetirlo: el capitalismo va a destruir a la raza humana, y por extensión, al planeta con una ferocidad que ni siquiera lo que sea que acabara con los dinosaurios podrá igualar. Sin embargo, la propia raza humana es su caldo de cultivo, nuestra propia e infinita estupidez. ¿Cómo puede hablarse de crisis, de que hay personas que pierden su trabajo en la construcción y ya no valen nada ni tienen nada?, ¿acaso no han construido algo que tiene un valor infinitamente superior a su sueldo?. ¿Cómo es posible que hablen de crisis los mismos que las provocan, o las inventan?, ¿cómo es posible que a estas alturas de la película no haya ni un poco de justicia, ni un poco de libre albedrío, y que tanto hijo de la gran puta siga campando a sus anchas?. Al menos en Marinaleda la cosa es un poco mejor, espero que por muchos años.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

JODER JAVIEEERRR!!! DE AQUI A NADA TE VEO CON CAMISETAS DEL CHE, PANTALONES PARAMILITARES Y FUMANDO PUROS, JAJAJAJAJAJAJAJA.

ARRIBA LA REVOLUCION!!!

Anónimo dijo...

Estarás ya contento, ahora por fin España entera está como Marinaleda. ¡Paro y PER!

javieeer dijo...

Querido autor del Lazarillo de Tormes: estoy contento porque de vez en cuando recibamos visitas como la tuya, pero no estoy contento del todo porque hay zonas en las que el paro y el PER no han entrado todavía. El barrio de Salamanca de Madrid, o la zona residencial de la Moraleja, también en la capital del reino, son buenos ejemplos. A más de uno de los que viven allí los pondría yo a segar indefinidamente.